Historia como mito y el mito de la historia

“La historia constituye el mito por excelencia del cristianismo y de la cultura occidental predominante” (La nueva inocencia).

“La historia no ha de ser idolatrada... Una realidad histórica es solamente una realidad, pero no es sinónimo de realidad... Cuando digo que la historia es el mito de Occidente, utilizo la palabra “mito” no en el sentido de fábula o de cosa irreal, sino ocmo aquello en que se cree de tal manera que no se cree siquiera que se cree: se lo toma como natural, como obvio, como evidente” (Ecosofía).

El mito occidental de la historia consiste en creer que la historia es el horizonte de inteligibilidad de la realidad, de manera que cuando algo es histórico se considera como real, de lo contrario, no lo es. Panikkar es consciente de la dificultad para un verdadero diálogo religioso entre el occidente cristiano y el oriente si se mantiene que sólo lo histórico es real. Pero el mundo histórico no es el único mundo humano. Hay culturas bien formadas para las que el mito de la historia no cuenta” (La nueva inocencia).
RP cuenta una expresiva anécdota: “Un pastor protestante en Vrindâvana le decía con sorna a un hindú: ‘Jesús de Nazaret ha existido, conocemos su historia, sus hechos, su vida, milagros y demás; es una realidad innegable que sigue durando después de veinte siglos. En cambio vuestro Krishna es una leyenda, y, encima, como tal no es muy edificante... es un mito; no ha existido, no es algo real’. El bueno del vaishnava hindú le contesta sonriendo que es verdad, que Jesús es un gran hombre histórico, como Napoleón… pero nada más. En cambio, el Krishna de su corazón y de su fe es lo verdaderamente real, lo que le mueve”.
Ni la teoría de la evolución ni el mito de la historia poseen la clave total para la comprensión de la realidad; además, ambas representan una concepción individualista que incapacita para el conocimiento relacional, el conocimiento desde el amor.