Religión (religiosidad, religiología, religionismo)
La religión es la experiencia de encuentro con el Misterio, que luego se concreta en las distintas religiones. La religión es “el vínculo que, a la vez que trasciende tiempo y espacio, une al hombre con Dios”. Pero, “para conocer lo que es la religión, debemos saber lo que son las religiones, los hechos religiosos”.
Para Panikkar, la religión tiene un triple sentido.
La religión puede significar religiosidad, el hecho religioso como dimensión humana fundamental. El ser humano es, ante todo, un homo religiosus; la religión es la categoría más adecuada para definir a un hombre (animal religiosus)” (Religión y religiones). La religiosidad es “un hecho antropológico según el cual todo hombre, por el hecho de serlo, tiene una dimensión que lo separa de los animales y le hace darse cuenta de lo infinito, de lo desconocido, de lo que ninguna palabra sabe describir, de lo inefable, de ese algo más” (Nueve apuntes para una reflexión sobre la religión). Eso sería la religiosidad, que, como dimensión humana, nos une a todos. Las prácticas religiosas son la expresión del sentimiento religioso de los humanos, concretado en unas manifestaciones concretas, de palabra o de obra, con ritos y diversas acciones.
Luego está la religiología; el estudio de la religión y las religiones, la reflexión que se hace sobre el hecho de la religiosidad. “Puesto que somos seres intelectuales, hacemos una interpretación de este hecho y extraemos las diversas teologías, los sistemas religiosos, sistemas de creencias”. Como hemos visto, no se debe confundir creencia con fe; todo hombre tiene fe. Sin embargo, las creencias son las articulaciones intelectuales de esa fe, que es un patrimonio de la humanidad.
En una tercera acepción, la religión puede significar religionismo, que se entiende en el sentido de pertenencia del hombre a algún grupo; la necesidad de hacer sociedad, de sentirnos en comunidad. Esta es una realidad sociológica; aunque –como expresa muy bien Panikkar- “sin la religiosidad como dimensión humana, el religionismo se reduce a algo superficial” (Nueve apuntes para una reflexión sobre la religión). Sin la religiosidad, la religiología no tiene raíces y degenera inmediatamente convirtiéndose en una superestructura o en superstición.
De este modo, no podemos confundir las religiones, como ha sucedido en más de una ocasión, con un mero hecho sociológico. Estas tres acepciones son necesarias y, por ello, no las podemos separar. No hay ninguna religión que, como hecho de religiosidad, no se exprese de un cierto modo y no cree una cierta comunidad.