El espíritu de la política: Homo politicus
En esta obra Raimon Panikkar introduce el concepto de metapolítica, fundamento antropológico de la política, que la reintegra con el sentido de la vida y con la ubicación humana en el conjunto del universo. La teoria y la praxis, lo sagrado y lo secular, la espiritualidad y la política no pueden separarse sin caer en dualismos. El espíritu de la política explora el significado de la política desde su sentido originario en la polis griega hasta su sentido en el mundo de hoy, un mundo en el que es imprescindible tener en cuenta la revolución monetaria, la necesidad de emanciparse de la tecnología y la naciente “revelación ecosófica”.
Panikkar señala que “para resolver los problemas humanos hoy ninguna cultura, religión, ideología o tradición es autosuficiente”. Cada cultura tiene un contexto distinto a partir del cual ha de desarrollarse. Por tanto, el diálogo entre culturas y religiones es imperativo para afrontar los retos de nuestro tiempo. Necesitamos una “fecundación recíproca de las culturas”, en la que las diversas culturas puedan escucharse y aprender unas de otras, sobre todo en relación a cómo ven la situación actual del mundo. Sin embargo, “para que pueda realizarse la fecundación recíproca hace falta (si puedo permitirme extender la metáfora en el sentido más elemental) amarnos los unos a los otros, conocernos; es necesario (y me perdonaréis de nuevo) evitar cualquier preservativo para poder, tal vez, hacer posible el nacimiento de un nuevo ser. Los preservativos son muchos: el orgullo, el miedo, el desconocimiento recíproco, los privilegios, el desprecio y tantos otros”.
Desde el no-dualismo y el pluralismo radical de Panikkar la ciencia moderna y su cosmología no pueden mantener la pretensión de ser la más precisa revelación de “la verdad”, sino que aparecen com el producto de un contexto cultural determinado. Panikkar considera que la cosmología de la ciencia moderna surge “de una escatología cristiana desacralizada” y “nos lleva a un monomorfismo cultural”. “Si creemos que es la única cosmología verdadera, entonces no hace falta hacerse ilusiones de interfecundación cultural”. Pero la defensa que hace Panikkar de la diversidad de las culturas no conduce a un “relativismo agnóstico o escéptico”, sino a una “relatividad realista”.
Lo metapolítico une dos mundos que estaban separados: el religioso y el político. Su verdadero ámbito es el de la mística. Pero a menudo la mística, como señala Panikkar, florece en tiempos de crisis com el nuestro.
Jordi Pigem