El triple velo de la realidad
Mito, Fe y Hermenéutica
Aparecido originariamente con el subtítulo de “Cross Cultural Studies”, esta obra voluminosa y fecunda nació como la cosecha de quince ensayos ya publicados después de los años 60 y 70 del siglo pasado pensados y escritos en el origen en cuatro idiomas diferentes. Se trata de “estudios interculturales” porque en cada una de las tres secciones se recogen (con una sabia conexión) también los trabajos que toman en consideración temas procedentes de culturas y religiones diversas cap. 3 y 4 respectivamente, dedicados a dos mythologoumena, es decir a mitos de Prajâpati y de sunahshepa, o los cap. 7 y 8 dedicados respectivamente a la sonrisa de Buddha y a la relación entre Advaita y Bhakti, o, finalmente, los cap. 12 y 13, dedicados respectivamente a la relación entre la religión y el ateismo en occidente y a la concepción kármica del universo.
Se trata sin embargo de una búsqueda que cuestiona incluso los paradigmas radicales de la búsqueda filosófico-teológica (hermenéutica): de hecho, se proponen ensayos que traen abiertamente a la luz cuestiones de importancia capital en estos campos, como en la discusión del “mito de la moral” (cap. 2), o en el capítulo dedicado a la fe como dimensión constitutiva del ser humano (cap. 5) o en las agudas reflexiones sobre la teología fundamental y sobre la tradición filosófica, (cap. 10 y 11). Para llegar al ensayo conclusivo, que propone la religión como libertad, sobrepasando (y transformando radicalmente) un topos clásico de la cultura occidental como la libertad religiosa (cap. 15).
Es imposible dar cuenta de la complejidad de esta obra que merece un estudio atento en el sentido panikkariano, es decir como una inmersión profunda en esta búsqueda honrada e impregnada de las posibilidades humanas de comprensión de lo real. Quizás sea forzado pretender identificar un “único hilo lógico” que pueda “coser ” estos ensayos, pero el autor, con claridad, nos sugiere al menos dos posibles recorridos para encontrar el camino en esta exploración abierta.
El primer hilo (tal vez el único hilo verdadero) que da cohesión a la totalidad de la obra sea el “legado existencial”, o sea, la vida personal experimentada, la experiencia de vida del autor (“un hombre que tenga muchas lenguas originarias no posee una palabra suya propia... Su única salvación... procede de la esfera mística, de su vida entera, de su encarnación silenciosa …”). Eso nos estimula también a nosotros para vivir la verdad, y para acelerar “el fin de los tiempos alienantes en que vivimos “.
El segundo “hilo” es aquello que se dice explícitamente en el subtítulo de la edición italiana.
La primera raíz de toda disposición intercultural es propiamente el reconocimiento y la búsqueda abierta de la pluralidad (triplicidad esencial e irreducible) de nuestros modos de habitar y comprender la realidad. Se nos pide un “vuelco de mente y corazón”. Porque “el hombre no puede ser reducido al logos”, ni la consciencia al conocimiento reflexivo.El ser humano se abre a la realidad (teantropocosmica), en la que participa, precisamente, dentro de un “triple velo”.
El mito es, de entrada, el horizonte en el cual toda hermenéutica es posible, está presente en la raíz, antes de cualquier interpretación. Él es la luz invisible a través de la que miramos: en relación con todos los comportamientos humanos fundamentales (ideología - cap. 1, moral – cap.2). Su índole y su poder son estudiados a través del estudio de los dos mythologoumena anteriormente citados.
La fe, a la que se dedica la segunda parte de la obra, y es la dimensión constitutiva del ser humano (una invariante humana), se comprende como algo más allá de cada monopolización e interpretación reductora (cap. 5). Panikkar nos propone pues una reflexión “práctica” de la misma, tratándola en algunos “desarrollos” concretos: de la tolerancia al silencio (preciosísimas páginas sobre la “dialéctica del nombre de Dios”), del amor advaitico (cap. 8) hasta la cuádruple raíz de los arquetipos de la realidad última (cap. 9).
La hermenéutico de un mito ya no es el mito, es su logos: horizonte igualmente inevitable en el que intentamos una interpretación de nuestra propia experiencia de vida.
“La sabiduría no consiste en una visión del mundo monocromática, ni en una ’amorfa atomización al infinito, sino que es una combinación de los valiosos colores en un universo de rica polaridad porque está lleno de vida”.
traducción del italiano