Cristofanía
“Cristofanía es la manifestación de Cristo a la consciencia humana; incluye una experiencia de Cristo y una reflexión crítica de la misma” (La plenitud del hombre. Una cristofanía, Madrid 1999).
Cristo es la manifestación directa de Dios a la consciencia humana y -como reza el título de uno de los últimos libros de R. Panikkar- es “la plenitud del hombre”, “el símbolo real de la divinización”, la manifestación visible y pública de la verdad de Cristo, que no está atado exclusivamente al cristianismo:
“Cristo es la plenitud de la vida, esta Plenitud, que tiene tantos nombres, en la tradición cristiana es llamado Jesús, el Cristo... Pertenece al kairos cristiano del tercer milenio... superar el monoteísmo abrahámico sin cuestionar la legitimidad y la validez de las religiones monoteístas. Esta superación... no quiere decir la negación de lo divino, sino más bien la apertura a la gran intuición de la Trinidad (La plenitud del hombre).
Por eso, Cristofanía es más que Cristología. Además de tratar de elaborar una reflexión sobre Cristo y el ser humano con referencia clara a la Trinidad, es consciente de que la Cristología es habitualmente un producto occidental vinculado a una cultura concreta y que ha actuado sólo desde el interior de ese marco. La Cristología de hoy “no es católica, es decir, universal”, solamente abriéndose a las demás culturas y religiones puede serlo verdaderamente. Además, la cristología no puede ser una parte de la teología y del conocimiento, un fragmento del todo.
La Cristofanía es la reflexión cristiana que debe elaborar el tercer milenio:
- No pretende ofrecer un paradigma universal, ni un modelo a adoptar necesariamente, sino sólo una imagen creíble de Cristo a todos los hombres.
- Es una palabra cristiana, pero abierta a la problemática universal de un modo concreto, por tanto limitado.
- Se usa la palabra en el sentido de “phanerós de las escrituras cristianas”; manifestación visible y pública de una verdad. Cristo es la manifestación directa de Dios a la consciencia humana y representa una experiencia.
- La cristofanía no ignora ni pretende abolir la tradición cristológica precedente, sino que pretende situarse en una continuidad con ella para profundizarla.
- Cristofanía “sugiere que el encuentro con Cristo no se puede reducir a la simple aproximación doctrinal o intelectual”; quiere elaborar una reflexión sobre Cristo y el ser humano con referencia clara a la Trinidad: “El logos es también el Logos de Dios, pero el Logos no es ‘toda’ la Trinidad y, aunque el Espíritu sea inseparable del Cristo viviente, no está subordinado al Logos”. La Cristo-fanía no le quita nada a la Cristo-logía, pero se manifiesta abierta a la realidad del Espíritu.
- Esta actitud contemplativa, mística, sitúa la cristofanía en una actitud más receptiva, a diferencia de una búsqueda más agresiva por parte de la razón.
- Esta noción de Cristo debe incluir tanto la figura del pasado histórico, como la realidad del presente. Panikkar no prescinde del Jesús histórico, pero no se reduce a él (“Cristo no pertenece sólo al pasado”). La cristofanía es una reflexión abierta a las escrituras cristianas, pero está en diálogo con las demás religiones; abierta a un diálogo con el pasado (aún el precristiano) y con el presente (aún el no cristiano), particularmente con la mentalidad científica contemporánea.
- Por ello, la cristofanía, buscando una integración de la figura de Cristo en una cosmovisión más amplia, “no excluye a priori ninguna epifanía de lo sagrado y de lo divino”.