Ortopraxis versus ortodoxia y ortopoiesis

 

Panikkar utiliza un nuevo concepto, ortopraxis, para hablar de dos expresiones de la fe y la creencia que no pueden estar mezcladas ni ser excluyentes: doctrina y moral. La primera identifica la fe con la ortodoxia, adhesión a una justa doctrina; pero identificar fe con ortodoxia puede llevar al “dogmatismo” (que resalta rígidamente el valor de una determinada formulación intelectual de la fe).“La formulación de la fe no puede estar unida esencialmente a su contenido, ya que esto violaría su carácter trascendente... La fe es un misterio que no puede estar ligado a una forma de expresión definitiva ni referido unívocamente a formulación alguna” (La nueva inocencia).
La segunda insiste en el carácter moral del acto religioso, supremacía del bien, tendiendo a identificar la fe con un determinado comportamiento moral correcto (ortopoiesis). Pero, identificar la fe con rectitud moral lleva al “moralismo” (exasperación del acto de fe); entonces “se destruye el fundamento mismo de la religión, que pretende ser más que un mero perfeccionismo”. Panikkar propone, como superador de ambos extremos, el concepto de fe como ortopraxis. El hombre es más que un espectador e intérprete del mundo, es ante todo un actor; la ortopraxis quiere ser un verdadero camino de salvación-“divinización”. Y es que la fe no es tanto una doctrina o una moral, cuanto “un acto fundamental que nos abre a la posibilidad de perfección” (L’homme qui devient Dieu, Paris 1970).

Raimon Panikkar

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“ Escribir es, para mi, vida intelectual
y también experiencia espiritual …
me permite profundizar el mistero de la realidad.”