Persona e individuo
“[El individuo] es el resultado del proceso de recortar una parte localizable y útil del ser humano… El individuo es una abstracción…
La persona comprende la compleja madeja de relaciones constitutivas del hombre” (Elogio de la sencillez).
Una de las precisiones antropológicas y terminológicas más importantes de Raimon Panikkar es que el ser humano es una persona, no un individuo. Mientras que el individuo es algo aislado, la persona, en cambio, es pura relación; es “un nudo en una red de relaciones”.
Estos hilos nos conectan con nuestros semejantes, con la tierra y con lo divino. “Cuanto más consciente es la persona, más cuenta se da de que se extiende a los confines del mundo. Esto es el hombre realizado”. La individualidad es solamente “el nudo abstracto”, pero un nudo sin hilos no es nada. “La realidad es la red, la realidad es relación”; el mismo Dios es relacional; no es un “Individuo supremo, como el Otro que escudriña nuestra identidad, como un extranjero enajenante que nos deshumaniza”; si podemos seguir llamándole persona es con la condición de que entendamos la persona como relación, relación constitutiva de la realidad. “Persona es relación porque el Ser es relación” (La plenitud del hombre).
El individuo y la voluntad occidental de perfección individual son una ficción; no así la persona. Pero Panikkar denuncia que la cultura occidental nos ha identificado con nuestra individualidad.